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Débora

Hola amigos, soy Débora. Hoy una chica de 33 años que finalizó el tratamiento por el cáncer de mama. Campeona sudamericana de lanzamiento de bala y disco, récord Guinness en no faltar a la escuela desde el jardín hasta el secundario, durante 14 años. Profesora, amada por Dios y dedicada al servicio de mi prójimo. En 2015 mi madre me pide que vaya a ver a una ginecóloga dado que en mi familia tanto mi abuela materna cómo mi abuela paterna murieron de cáncer,era necesario hacer estudios. Al principio me negué, pues al ser virgen y vivir la castidad para qué ir, pero cuando tu madre insiste...¡jeje! Vas. Accedí y mil estudios para hacer. Enero de ese año, salió todo excelente hasta que en diciembre, luego de un entrenamiento maravilloso y recibir una noticia no muy feliz, mientras me duchaba me encuentro un nódulo en mi mama derecha. Bueno, recurrí a la ginecóloga y empecé un tratamiento de vitaminas para la displasia. Llega octubre de 2016 y seguía creciendo la bola, ¡jajaja! Y pensar que yo las lanzo . Pido permiso para competir mi nacional deportivo. ¡Wiiii! Gano. Regreso al pueblo y me operan para sacar el nódulo. ¡Oh, sorpresa! Estaba bien aunque pegado a algo, me sacan eso y lo llevan a analizar. Quince días después me dice mi médica, "Deby, tenés cáncer". Sentí como si me hubieran tirado un balde de agua fría, aunque la profesional tenía un regalo para mi: "Deby, a pesar de la noticia, con un grupo de médicos, hablé de tu caso y lo mejor es derivarte a otra especialista. Tenés turno mañana en Luján, un pueblo en cercanía a Mercedes". Yo estaba sola ese día, pues me iba luego del diagnóstico a misa a rezar. Llamé a mi madre y le di la noticia, creo que casi la maté con la llamada. Fui muy directa, realista. ¡Ups! Sincericidio. La médica me rogó para llevarme y así llegué a la iglesia, caí a los pies del Sagrario a llorar. ¿Por qué a mí? Lo tenía todo y ahí entendí, no era por qué, sino para qué. Mi misión cambiaba de dirección. En obediencia a mis padres acudí a la médica nueva con mi hermano. Bella dama y muy agradable Silvia Bergé.

Por más que todos los parientes me decían que viera a otros especialistas, tenía la certeza de que estaba en muy buenas manos y así fue que descubrí en unas semanas más, que el dolor no es parte de mi vocabulario. Menos la derrota. Y un 17 de noviembre de 2016 entraba a cirugía para que me realizaran una mastectomía derecha con ganglio centinela. A fines de diciembre ingresé nuevamente para ponerme un catéter subclabeal. Lo recomiendo. En un mes ya estaba disfrutando del casamiento de unos amigos. Mi nueva médica no lo podía creer, y en enero mi primera quimioterapia y a compartir tiempo con mi oncóloga Lidia Ventoso, de quién no olvido sus primeras palabras: "acá debés ponerlo todo, vamos a ganar la batalla juntas". 19 de febrero, mi cumpleaños. ¡Jeje! Todo mi pelo se cayó, descubrí que tenía 1 kg de pelo. ¡Jajaja! ¡Y qué cabeza redonda! Usé turbantes, pelucas. Me divertí. En septiembre de ese 2017, quedando 6 inyecciones, mi misión continuó dando alegría y ganas de vivir, compartiendo en mi familia, con amigos, con los viejos y, sobre todo, con esas mujeres y hombres que dan pelea diariamente y son mi nueva familia. En el trabajo, qué decir. Mis quimios más fuertes y no tuve efectos secundarios que me hayan hecho caer. Hasta los pinchazos más fuertes en mis piernas los viví como entrenamientos deportivos. Feliz de poder aportar mi granito de arena. Gracias y no teman a dar pelea. Hoy puedo decir que con la ayuda de todo mi equipo médico tanto de mi querida ciudad como el doctor Nicolás Longo y su familia, el doctor Peyras y su familia, la doctora Torres y su familia y mi oncóloga y cirujana de la ciudad de Luján a los cuales estoy sumamente agradecida, mis familiares ,amigos que me acompañaron y siguen estando en mis controles, puedo desarrollar todas las actividades y retornar el alto rendimiento, dando testimonio vivo ,pues la vida tiene sentido cuando se ama y todo es para poder completar la meta o misión , he sido feliz y hoy estoy más que satisfecha , porque a pesar de todo estoy haciendo la voluntad de Dios, ayudando desde adentro y fuera de la pista, a muchas mujeres que pasan o pasaran por el tratamiento del cáncer, perder una parte de tu cuerpo no te hace débil ,te hace cada día más fuerte, y te vuelve una pequeña gota de esperanza en este mundo tan superfluo y minado por la angustia y desazón .Se puede salir adelante y la actitud es una parte muy necesaria. Hoy con mi cuarto control realizado es tomar conciencia de que todo puede cambiar en un instante.🎀




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